Art Battalion, la exposición que reúne a artistas emergentes en un espacio donde el arte deja de ser algo distante para convertirse en experiencia viva.
Nos encontramos con obras que invitaban a participar activamente: escribir frases, hacer graffitis, dejar reflexiones o incluso crear tu propia pieza en un taller de collages. El arte se volvía colectivo, compartido, en constante transformación.
Algunas piezas nos llevaron a interactuar con los demás, como la de Babi Bensusan, que nos invitaba a sentarnos en sus sillas para conversar con traves del dialoge cuperar la cercanía de los barrios a
Otras fueron más inmersivas, como la instalación de Favio Redondo, donde un coche se convertía en metáfora de un trauma materno a través de proyecciones en su interior.
También vivimos la intensidad de las performances: desde la obra sobre identidad de Antonio Portillo, hasta la de Monserrat Camargo, que transformaba un confesionario en un intercambio íntimo de secretos.
Art Battalion nos recordó que el arte no solo se mira: se toca, se vive, se comparte y nos conecta.